¿QUÉ SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO NO DORMIMOS?

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Un tercio de nuestra vida se dedica al sueño, una necesidad tan fundamental como comer o beber agua. Pero, ¿por qué nuestro organismo se deteriora cuando no disfrutamos de un buen descanso? ¿Qué ocurre en el cerebro durante esas horas vitales?

El deterioro que experimentamos sin un sueño reparador se debe a la función esencial que cumple el descanso en nuestro bienestar. Cuando privamos a nuestro cuerpo de un sueño adecuado, afectamos negativamente la capacidad del organismo para recuperarse de la fatiga diaria y eliminar toxinas.

Dormir poco disminuye la atención, la concentración y la memoria. Además, empeora el rendimiento en el trabajo y el rendimiento académico. El insomnio no solo daña nuestra salud física y psicológica, sino que también afecta al funcionamiento de nuestro cerebro.

“El insomnio crónico genera un deterioro importante de la calidad de vida y conduce a un estrés que puede dar lugar a multitud de síntomas”, agrega el Dr. Alfredo Gil Rodrigo.

Consecuencias en el cerebro de la falta de descanso

El sueño es importante para mantener diversas funciones cerebrales, como la comunicación entre las células nerviosas y la eliminación de toxinas que se acumulan mientras la persona está despierta.

Eso hace que sin el descanso suficiente, la persona no pueda formar ni mantener las vías en el cerebro que le permiten aprender y crear nuevos recuerdos. Aparte de eso, también hace que sea más difícil concentrarse y responder rápidamente a diferentes situaciones cotidianas.

Pero, ¿Cómo afecta dormir mal a la salud desde un punto de vista neurológico?

Los especialistas indican que a corto plazo, la persona que descansa mal puede tener dificultades para realizar sus tareas habituales, con fatiga y somnolencia durante el día.

Dormir mal se relaciona con alteraciones del estado de ánimo e irritabilidad, pero también con problemas cognitivos como dificultades de atención y de rendimiento.

Ahora bien, a largo plazo, todo empeora. Una persona puede no dormir bien una noche, porque se desveló, porque se puso nerviosa por algún problema particular, pero si no duerme o duerme poco o mal todos los días, las consecuencias son más complejas.

Primero, se presenta una disminución de las habilidades cognitivas como la concentración y la memoria.

La falta de sueño podría provocar la reducción del tamaño del cerebro. Nuestro cerebro se regenera durante las horas de descanso nocturno, pero si no dormimos este proceso no se puede llevar a cabo. La falta de sueño puede acelerar el deterioro cognitivo de una persona.

Una capacidad cognitiva especialmente susceptible a la pérdida de sueño es la atención. En las personas que no duermen bien, el desempeño en las tareas que requieren atención se deteriora de manera dependiente de la dosis con la cantidad de sueño acumulado.

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