El Día del Colectivero en la Argentina surgió en 1928 gracias a los taxistas de la Ciudad de Buenos Aires. Ese año, debido a la crisis económica, decidieron trasladar más de una persona y achicar las tarifas.
En aquel entonces los ómnibus y los tranvías eran mucho más baratos que un taxi, por eso mismo estos últimos tuvieron que rebuscárselas. Al inicio el límite por cada vehículo era de cinco pasajeros.
La sociedad aceptó esta nueva forma de viajar y varios comenzaron a sumar cada vez más pasajeros. En 1932 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires habilitó decenas de líneas y estableció las medidas que debían tener los coches y la capacidad, que en ese tiempo fue de diez asientos.
A su vez, la Ley 1475 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, impulsada en 2004, habla del Día del Colectivo y no del Colectivero. Sin embargo, popularmente la jornada se identifica como Día del Colectivero.