Una de cada 10 personas en el mundo padecen enfermedades de transmisión alimentaria
Cada 7 de junio se conmemora el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, como una oportunidad para fortalecer los esfuerzos para reducir el riesgo de las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA), que constituyen un importante problema de salud a nivel global.
Existen más de 200 ETA, que van desde la diarrea hasta el cáncer, las cuales son provocadas “por el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos o parásitos, o bien por las sustancias tóxicas que aquellos producen”, según el Ministerio de Salud de la Nación. Cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguran que actualmente, “una de cada diez personas se ve afectada cada año por enfermedades de transmisión alimentaria”, y desde el organismo consideran que “las normas alimentarias ayudan a garantizar la inocuidad de los alimentos». Además, informaron que 1.600.000 personas enferman cada día de promedio debido a los alimentos insalubres, 340 niños menores de cinco años mueren cada día de promedio a causa de enfermedades prevenibles de transmisión alimentaria y 200 niños menores de cinco años mueren cada día de promedio a causa de enfermedades prevenibles de transmisión alimentaria. Esto significa que casi un tercio (30%) de todas las muertes por enfermedades de transmisión alimentaria se producen en niños menores de cinco años.
La preparación y manipulación de los alimentos son factores clave en el desarrollo de estas enfermedades, por lo que la actitud de los consumidores resulta muy importante para prevenirlas. De hecho, las estadísticas indican que prácticamente el 40% de los brotes de ETA reportados en la Argentina ocurren en el hogar.
Síntomas, grupos de riesgo y recomendaciones para prevenir las ETA
Los síntomas de las ETA pueden durar algunos días e incluyen vómitos, dolores abdominales, diarrea y fiebre. También pueden presentarse síntomas neurológicos, ojos hinchados, dificultades renales, visión doble, etc.
La duración e intensidad de los síntomas varía de acuerdo a la cantidad de bacterias o toxinas presentes en el alimento, a la cantidad de alimento consumido y al estado de salud de la persona, entre otros factores.
Como en la mayoría de las enfermedades, existen los llamados grupos de riesgo, esto es, las personas más propensas a desarrollar la patología. En este caso, los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas, por su baja resistencia a las enfermedades, son especialmente vulnerables. En ellos, las precauciones deben extremarse, pues las consecuencias de las ETA pueden ser severas, dejando secuelas o incluso hasta provocar la muerte.
Por el contrario, para las restantes personas los síntomas son pasajeros; en la mayoría de los casos, sólo duran un par de días, sin ningún tipo de complicación.