Científicos argentinos traen buenas noticias en el campo del cáncer de mama y ovario: desarrollaron una terapia experimental que logró bloquear y reducir los tumores. Las pruebas se realizaron con éxito en modelos animales y los resultados fueron publicados en la revista científica Clinical Cancer Research. Aun resta probarla en personas para descubrir si tiene el mismo desempeño.
Los investigadores de la Fundación Instituto Leloir y de la Universidad Nacional de Córdoba, entre otros organismos, centraron sus esfuerzos en la mutación del gen BRCA1. Su nombre puede resultar conocido porque en 2013 la actriz Angelina Jolie elevó su popularidad al someterse a una doble mastectomía y a la extirpación de los ovarios. Si bien la medida más eficaz para tratarlo es la detección precoz –dado que tener la mutación implica un riesgo del 87% de desarrollar cáncer de mama y del 50% de uno ovárico–, esto no siempre sucede en todas las pacientes. Muchas veces, la enfermedad es descubierta cuando hay metástasis y, en algunos casos, las terapias convencionales no resultan efectivas.
Los expertos buscan en este marco una opción para tratarlo. Lo primero que hicieron fue analizar posibles vulnerabilidades en las células tumorales. Gracias a esto, observaron que las células deficientes de la mutación del gen BRCA1 son “adictas” a una proteína, la PLK1. Entonces, ¿qué sucede si se cortara ese suministro? La base de esta terapia experimental consiste precisamente en inhibir la expresión de esta proteína mediante un fármaco, lo que desencadena una toxicidad selectiva contra las células tumorales.
“Lo interesante fue que, cuando analizamos tumores BRCA1 deficientes, una sola dosis oral semanal de la droga no solo bloqueó su crecimiento, sino que también indujo su remisión luego de un período de tres semanas”, señaló Gastón Soria, uno de los autores del artículo, en declaraciones a la agencia CyTA Instituto Leloir.
Los experimentos con esta droga se realizaron primero en cultivos celulares de pacientes con cáncer asociado a mutaciones en BCRA1 y luego en ratonas hembras con tumores humanos inoculados. Esta segunda prueba permitió conocer que los efectos adversos de la medicación fueron moderados. Ahora solo resta comenzar con los ensayos en pacientes, para lo que los investigadores están buscando financiamiento.
“Pensamos que nuestros descubrimientos plantean una alternativa terapéutica que vale la pena explorar a nivel clínico”, afirmó Vanesa Gottifredi, otra de las autoras del artículo, quien también es investigadora del CONICET. En este sentido, Soria añadió: “Nuestros resultados indican que la población de pacientes de cáncer de mama deficiente en BRCA1 podría tener un claro beneficio terapéutico del tratamiento con inhibidores de PLK1”, sobre todo dado que muchas mujeres afectadas son triple negativas para receptores hormonales y, por ende, cuentan con pocas alternativas terapéuticas.