El 14 de septiembre, Micaela Vilchez, de 23 años, fue a atenderse a una maternidad de Pilar para un último control antes de tener a su primer hijo. Todo estaba normal, aunque los médicos le dijeron ese día que su hijo nacería pronto y que debían internarla. Micaela jamás imaginó la tragedia que viviría dos días después cuando, ante la negativa médica de tener una cesárea, su bebé nació por parto natural y murió.
El viernes 16 Micaela entró en la sala de parto. Luego de una hora, tres médicas se dieron cuenta de que el bebé era muy grande para ella, que mide 1,49, y recomendaron hacerle cesárea. Aunque primero llamaron a otro doctor, que les dijo que no era necesario, que mejor tenga un parto natural.
Ante esto, le sugirieron a la joven que haga movimientos con una pelota para ayudar al bebé a salir. El tiempo pasaba y como no había ninguna mejora, las médicas pidieron otra vez que se haga una cesárea para que la chica no siga sufriendo el dolor de las contracciones. Sin embargo, el doctor volvió a negarse.
Debido a que Micaela estaba muy adolorida, ella misma se encargó de pedir el procedimiento quirúrgico, aunque le ordenaron que intentara una vez más.
“Dos médicos se le subieron arriba de la panza”, contó el papá de Micaela, Guillermo. Además, según su relato, la joven pedía que su pareja pueda presenciar el parto, pero las personas que estaban en la sala jamás lo fueron a buscar.
Después de más de cinco horas, nació Joaquín: medía 50 centímetros, un bebe grande. En el momento que lo tuvo en brazos, Micaela notó que no lloraba con normalidad, sino pausado.
“Le dijeron que se quede tranquila, que iba a estar todo bien”, sostuvo Guillermo. Según lo que le dijo la obstetra a la familia, el bebé -al igual que su mamá- estaba en perfecto estado de salud.
Micaela perdió mucha sangre en el parto, por lo que recién el sábado 17 pudo ver a su hijo. Ese día le dijeron que Joaquín estaba inestable, que el oxígeno no le llegaba bien a su cerebro y que los pulmones no estaban funcionando de manera correcta.
Ante esto, le consultaron a la joven si el embarazo había sido controlado. A lo que ella respondió que sí, que asistió a todos los controles desde el momento en que se enteró de que iba a tener un hijo.
En ese instante, la joven relató todas las dificultades que tuvo que atravesar desde que llegó al hospital. Entonces, uno de los médicos le dijo que eso pudo ocasionar que el bebé haya nacido así, por tantas horas de parto y por la fuerza que ella tuvo que hacer.
Una hora después, el personal de la maternidad fue a buscar a Micaela para darle la triste noticia de que su hijo había tenido un paro cardiorrespiratorio y que estaba muerto. “El director no entiende lo que pasó, no me pudo dar explicaciones”, señaló Guillermo.
El domingo, tras enterarse de que su bebé había fallecido, los médicos le dieron el alta y ella volvió a su casa: “Lo que hicieron no tiene nombre”, cerró el abueo de Joaquín.
La familia de la chica realizó la denuncia en una comisaría de Moreno después de lo sucedido. En las próximas horas, se espera que le hagan una autopsia al cuerpo del nene para determinar las causas exactas de la muerte.