A Ian le encontraron una mancha en el cerebro cuando llegó al Hospital Rawson, de la provincia de San Juan, hace un año. Hasta unos días antes estaba bien y tenía la vida normal de un nene de 9 años, pero una mañana sintió un fuerte dolor de panza que derivó en un malestar general que en horas se agravó: ya no podía mover el lado derecho de su cuerpo, dejó de caminar, comenzó a perder la visión y el habla.
“Hacía siete días que no comía porque no podía. Le dolía fuerte el estómago y lo estaban tratando en la salita de la localidad de Media Agua, pero cada vez era peor y lo llevé a la capital. Cuando llegó al hospital le hicieron todos los análisis y la médica que lo recibió dijo que por los síntomas podría ser algo neurológico y le hicieron una tomografía. Allí se vio la mancha en el cerebro y fue derivado a terapia. Al otro día, le hicieron otro estudio por la mañana y a las 13, no me olvido, nos dijeron que tenía un tumor muy grande en el cerebelo e hidrocefalia”, revive entre sollozos el triste momento su mamá, Liliana.
Ese fue el inicio del largo año de Ian internado y ante los pronósticos tan desfavorables, el padre que es albañil comenzó turnarse con su esposa para cuidarlo y sus hermanitos, de 12 y 7 años, quedaron a 60 kilómetros del hospital. Como ya no podía estar a tiempo completo en una obra, comenzó a hacer solo changas y a tener ingresos mucho menores.
Lentamente, gracias a su voluntad y a los tratamientos médicos, Ian comenzó a recuperarse al punto que desde hace dos meses está en condiciones de recibir el alta domiciliaria para continuar con su tratamiento de manera ambulatoria, pero no se la dieron porque el lugar donde vive, un sector del Club Belgrano, en Media Agua, no reúne las condiciones sanitarias que necesita como paciente oncológico.
Allí viven desde hace casi 10 años, cuando llegaron evacuados luego de que la casa en la que vivían se desmoronara tras una inundación. “Vivimos en un salón del club, ya nos quisieron desalojar. El baño que tenemos es compartido con todas las personas que llegan a practicar deportes. Ian necesita otro lugar, otras condiciones y además tiene una hermana de 12 años que debe asearse en un lugar así”, lamenta la mamá del chico y admite que aunque no se siente bien haciendo pública la situación de Ian y de su familia considera que “es lo único que queda por hacer para tocar los corazones y obtener la ayuda prometida por la Municipalidad de Media Agua”, dice.
Desde el municipio aseguran que están en la búsqueda de una casa de tres ambientes para alquilarles, ya que están dispuestos a ser locatarios a fin de que Ian pueda ser dado de alta.
“Estamos tratando de darle una solución definitiva a la situación habitacional de esta familia. Necesitamos para ellos una casa en excelentes condiciones, con tres ambientes porque Ian necesita un cuarto solo para él porque allí tendrá su internación domiciliaria, con una cama especial y el equipamiento médico necesario, pero aunque usted no lo crea no la conseguimos en toda Media Agua. No tenemos problema en ser locatarios, pero cuando estuvimos por alquilarles una casa con las condiciones necesarias, el propietario se arrepintió y la puso la casa a la venta”, le dijo María Elena Rego, directora de Desarrollo Social de la Municipalidad de Sarmiento.
La funcionaria también dijo que están en contacto con el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia y que buscan para ellos una vivienda definitiva pero que mudarse allí implicaría dejar su pueblo natal.