Desde su creación en Barcelona, en junio de 2017, la Fundación que lidera la oftalmóloga española Elena Barraquer lleva realizadas más de un centenar de expediciones médico-quirúrgicas a países de África y América Latina, donde sus equipos atendieron a cerca de 90.000 personas, entregaron alrededor de 60.000 anteojos y realizaron más de 12.000 operaciones de cataratas.
Solo en la última misión quirúrgica, que se extendió desde el sábado 3 hasta el domingo 11 de este mes en Libreville, la capital de Gabón, país situado en la costa oeste de África, la acción humanitaria de la Fundación sacó de la ceguera a 323 pacientes que «recuperaron la visión y volvieron a sus casas felices y con una calidad de vida nueva», remarcó el oftalmólogo salteño Rodolfo Marcuzzi. El especialista, que realizó esas cirugías junto a Barraquer, adelantó que en julio se iniciará en distintos puntos de la provincia una intensa tarea de detección de pacientes con cataratas, al igual que en Santiago del Estero, para que puedan tener la oportunidad de acceder a las cirugías gratuitas que la Fundación tiene programadas desde el 28 de agosto al 1 de septiembre próximo en Taco Pozo (Chaco). Entre los especialistas que realizarán esas intervenciones se contarán Gerardo Valvecchia, el primer argentino en operar en África con la Fundación y director de uno de los congresos más prestigiosos de cirugía oftálmica del país (Facoextrema), y Marcuzzi, expresidente de la Sociedad de Oftalmología de Salta y el primer salteño en sumarse a la cruzada humanitaria internacional encabezada por Elena Barraquer.
En los últimos cinco años, la entidad civil sin fines de lucro que tiene entre sus más renombrados colaboradores a Leo Messi llegó con su acción humanitaria a Nigeria, Uganda, Kenya, Angola, Congo, Mozambique, Zimbabwe, Ghana, Senegal, Sierra Leona, Marruecos y varios países más de África.
En América Latina sus equipos acaban de realizar 1.114 operaciones en El Salvador y en julio de 2022 hicieron otras 402 en Perú. Salta fue su primer destino en Latinoamérica hace cinco años. Marcuzzi recordó que, en el marco de esa campaña, «se atendieron más de 5.000 consultas y se realizaron cerca de 500 operaciones de cataratas entre el 17 y el 25 de mayo de 2018». A esa expedición quirúrgica le siguieron otras tres en el país: dos en Buenos Aires (Moreno y Berazategui) y otra en El Impenetrable (Chaco).
«Elena y su Fundación merecen el mayor reconocimiento, por las ganas, la voluntad y la alegría con la que llevan las cirugías de cataratas a los lugares más recónditos para restituirles la vista a miles de personas», afirmó Marcuzzi, quien aseguró que «es difícil expresar en palabras lo que se siente en cada expedición médico quirúrgica de la Fundación Barraquer, porque son vivencias personales y profesionales tan intensas y conmovedoras como gratificantes».
Ceguera evitable
Marcuzzi precisó que las cataratas «son la principal causa de ceguera reversible en el mundo» e hizo notar que se trata de «una ceguera que es evitable».
Mas 43,5 millones de personas en todo el mundo viven con ceguera por cataratas, el 90% de ellas en países en desarrollo y el 80% de los casos pueden ser evitables.
Las cataratas en los ojos es una afección que se produce en el cristalino, la lente natural en el interior del ojo, que permite enfocar los objetos próximos y lejanos. El cristalino de manera natural y debido al envejecimiento, se vuelve opaco y pierde su transparencia. Las imágenes se ven nubladas y, a medida que progresa, se pierde la agudeza visual.
El especialista salteño recalcó que la operación de cataratas es , en la actualidad, un proceso rápido e indoloro, altamente efectivo y con escasos riesgos, «siempre y cuando se desarrolle con tecnología de avanzada y sea realizada por profesionales capacitados».
La cirugía consiste en extraer el contenido del cristalino opacificado mediante ultrasonidos y reemplazarlo por una lente intraocular personalizada en cada caso. Permite recuperar una visión normal e incluso mejor que la que se había tenido en mucho tiempo. De esta forma, las personas operadas pueden retomar una vida social y laboral plena.
En las cataratas incipientes se pueden tomar medidas paliativas como el uso de lentes de sol para evitar el deslumbramiento o graduadas si se ha producido un cambio en la refracción. Pero el tratamiento definitivo de las cataratas sigue siendo el quirúrgico.