Miguel Ángel Fernández es dueño de una trayectoria intachable y de una sensibilidad única. En el Mundial de Brasil 2014 perdió a su hija Soledad, víctima de un accidente automovilístico. A pesar del dolor, siguió trabajando y hoy se despidió de la mejor manera: cubriendo un campeonato del Mundo y besando la copa que sostenía Lionel Messi.
En la previa del partido frente a Australia, Tití había subido un posteo a sus redes sociales recordando a su hija: “Hola, Sole. Hoy hace 8 años y 5 meses de ese accidente de mierda que te llevo para siempre. Estábamos juntos disfrutando el Mundial, como yo ahora pero solo, sin vos, vamos a ver si esta vez se da y la vuelta que casi fue en el Maracaná acá se convierte en realidad. Como te extrañamos, hijita”.
Una vez consumado el duelo que le dio la tercera Copa del Mundo a la Argentina, el periodista aseguró que había cubierto su último partido desde el campo de juego: “Quiero agradecerle a la gente que pensó que yo podía estar acá. Me quería despedir de esta manera, no quería irme por la ventana: me quería ir laburando”.
Enseguida, entre llantos y con una fuerza emocionante, Tití Fernández expresó unas palabras que dicen mucho más de lo que aparentan: “El fútbol me dio todo, aunque me sacó una cosa que yo quería mucho”, en referencia a su hija Soledad, periodista como él, que lo había acompañado dos Mundiales atrás.
Luego de agradecerle a la TV Pública por el lugar que le dieron y a “todo el mundo” que lo apoyó, el histórico comunicador contó cómo se siente: “Soy un tipo muy feliz, a pesar de las lágrimas”.
Su enorme carrera profesional tuvo un broche de oro, literalmente, ya que Lionel Messi sostenía la Copa del Mundo mientras Tití lo entrevistaba y le permitió darle un beso, cumpliendo el sueño de cualquiera.